Donar leche es donar vida

Mi nombre es Lucía, tengo 34 años y este año nació mi primera hija.
Mi embarazo transcurrió con absoluta normalidad.
Paso a paso, semana a semana iba aprendiendo sobre el desarrollo del bebé y cambios en mi cuerpo, enfocada siempre en el momento que me tocaba transitar y nunca adelantándome a los hechos.

Cuando se aproximó la fecha de parto me sorprendió la noticia de que mi bebé estaba en posición podálica, por lo que tuve una cesárea programada. Todo salió perfecto y un nuevo capítulo al que no le había prestado mucha atención anteriormente comenzó de golpe: la lactancia.

Pasé por las dificultades que pasamos la mayoría: dolor, inseguridad, culpa, miedo, dudas, resignación, más dolor y alegría. La lactancia es como una montaña rusa de emociones y cada día es un desafío nuevo. Muchos días dudé si mi leche era suficiente, si se quedaba con hambre, si tenía que darle complemento, etc.

Empecé a leer cada vez más sobre el tema, a ver entrevistas y hasta conferencias.
Un día, escuchando una de las charlas del Dr. Carlos González me convencí definitivamente: “la leche materna es una fórmula perfecta e insustituible, el mejor alimento exclusivo que un niño puede recibir hasta los seis meses de vida. Tiene características nutricionales e inmunitarias que evitan muchas enfermedades”.

No solo lo entendí en palabras, lo incorporé emocionalmente y me auto convencí de que mi hija iba a ser alimentada exclusivamente con mi leche y dejé de escuchar al entono, familia y amigos, incluso pediatras, que me sugerían “un poquito de complemento para la noche”.
Todas mis inseguridades y miedos desaparecieron y la convicción de que ese era el camino correcto se transformó en una realidad de confianza absoluta. Finalmente establecí una lactancia armoniosa y feliz.

Cuando se acercaban los 3 meses de mi beba vi el video de un bebé que nació de 25 semanas.
Si la lactancia materna es tan importante para bebés que nacen a término y saludables, ¿que sucede con los prematuros o bebés que padecen alguna enfermedad y que no pueden ser alimentados por sus madres?
¿Cómo reciben esos bebitos las defensas y nutrientes necesarios?
Empecé a informarme y descubrí que existía la posibilidad de transformarme en una donante para esos bebés a través del Banco de Leche Humana.

¿Cómo funcionan estos Bancos?

El Banco recolecta el excedente de leche de madres que producen más de lo que su bebé consume, lo almacena, estudia, pausteriza, y brinda leche materna a todos los bebes que pesan menos de 1.500 gramos y cuando tiene reservas suficientes a todos los demás prematuros.

¿Qué se necesita para ser donante?

Casi lo mismo que para amamantar a tu hijo: la decisión, la confianza, la determinación y mucho amor.
En lo material lo único que para mi es necesario es un buen extractor de leche que dependerá de cada madre, si se siente más cómoda con uno manual o eléctrico, doble o simple, de tal marca, etc.

¿Cuáles serían los pasos a seguir para ser donante?

Para la primera vez sugiero ir personalmente al Banco a conocer el lugar y las condiciones de donación en lo relativo a precauciones de higiene y almacenamiento de la leche. Ya volvés a tu casa con los frascos esterilizados. (En Montevideo el Banco de Leche está dentro del Pereira Rossell y en el interior hay Bancos en Tacuarembó y Salto).
En segundo lugar, hay que buscar los momentos o días más apropiados según tu rutina y la de tu bebé para ordeñarse para el Banco e ir almacenando en el freezer los frascos.
Por último, solo resta esperar al funcionario del Banco cada 15 días para que levante lo almacenado y te entregue nuevos frascos esterilizados.

¿En qué altera mi rutina ser donante?

Es importante saber que uno puede donar lo que quiera y pueda y todo es bienvenido. No hay cantidades mínimas.
Ya sea que uno pudo donar una única vez o pocas veces, muchos o pocos frascos, todas las semanas o cada un mes, todo es bienvenido y ayuda muchísimo.
No obstante esa apreciación, como todo en la vida, uno asume una responsabilidad y es bueno encontrar y generar los momentos para ello. En mi caso, muchas veces aprovecho la noche, cuando mi bebé ya se durmió y pasó un tiempo de su última toma. Cómo muchas madres, también tengo que dejarle mamaderas ordeñadas mientras trabajo, así que hay que encontrar el equilibrio para ambas cosas. Los fines de semana en lo personal son el mejor momento de almacenamiento.

Habiéndose celebrado hace pocos días el Día Mundial del Niño Prematuro, me pareció una buena instancia para animar a las madres que estamos amamantando y tuvimos la suerte de tener bebés saludables y a término, a empatizar con situaciones más complejas y tender una red de solidaridad entre nosotras y nuestros bebés.
En el caso de los prematuros, el aporte de la leche materna es realmente determinante para su supervivencia y crecimiento, ayuda a permanecer menos días internados y a tener menos riesgos de contraer infecciones.

Donar leche es donar vida y sería maravilloso poder extender esta práctica, hacerla más conocida y habitual, para que esa fórmula mágica pueda llegar a todos los bebés que la necesiten!

Escrito por Lucía Lema

Link de interés: www.asse.com.uy

Banco de Leche Humana
Tel: 2706.60.50
Dirección: Gastón Ramón entre Somme y 20 de Setiembre, por la entrada principal del Centro Hospitalario Pereira Rossell
Mail: bancodeleche.pereirarossell@asse.com.uy