Pensé un montón sobre este posteo, si hacer un balance, si agradecer todo lo maravilloso que fue el 2018, si agradecer lo malo que también deja un aprendizaje, si hacer un #bestnine o si plantear las metas y deseos para el 2019.

Pero para variar y a pesar del chip que tenemos implantado hay algo que todos los días aprendo con Julia y es que el tiempo no es lineal, y que tampoco es único, que una hora tiene distinta duración según cómo la vivimos y que cada persona la vive diferente.

Que hoy cambie un número nos ayuda a encarar con una energía renovada pero no se trata de tirar el calendario y volver a empezar, es la continuación de todo lo que vivimos, de nuestras decisiones.

No importa si las metas del 2018 se cumplieron o si no las pudimos empezar, no importa si en lugar del 1 de enero el proyecto pudo ponerse en marcha el 21 de setiembre.
Que hoy la retrospectiva sirva para recordarnos el camino vivido y las proyecciones para ayudarnos a elegir por donde seguir, pero no perdamos el ahora que es el único tiempo que realmente existe.

No pude encontrar una mejor foto de nuestro ahora que esta.
Él es Gerónimo ❤️